Cinco consejos para una amiga atrapada en un amor tóxico

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Ilustración: Sara Herranz

Cinco consejos para una amiga atrapada en un amor tóxico

Estoy segura de que muchos tenemos a una amiga atrapada en un amor tóxico, a la que hemos visto llorar noches enteras y que siempre jura acabar con esa relación que tanto le hace daño: “es la última vez que vuelvo a creer en ese imbécil, lo prometo, es la última vez”. Y sí, solo hay que dejar pasar unos días para verla de nuevo feliz y campante con el idiota que le volvió mierda la vida.

Para esas amigas -que nos volvieron víctimas de su propia historia- he traído cinco consejos. Por favor, compártelos con ella y no permitas que desperdicie su vida tratando de arreglar a quien, por naturaleza, nació defectuoso.🙏

Deja de creer que puedes cambiarlo 

Lo primero que tienen que entender estas mujeres es que nadie cambia a nadie. Según la psicología, una persona solo puede tener un cambio verdadero cuando es consciente de que hay algo en su forma de ser que daña a los demás y por voluntad propia decide cambiarlo. Dicho de otra forma, la gente solo cambia cuando quiere y no cuando se lo dicen.

Consejo #1 : No te desgastes intentando cambiar a alguien que no quiere hacerlo. Déjalo ir y sigue tu camino. Si vas a salvar a alguien, sálvate a ti primero. Un poquito de amor propio siempre viene bien. 👍

Nunca justifiques sus conductas 

Si no te escucha, te hace sentir culpable o te da más problemas que felicidad ¿por qué sigues ahí? Valórate y HUYE de esa relación. Busca a alguien que te corresponda y deja de mendigar cariño. Si ya falló 1, 2, 3, 4 , 5 veces (inserte aquí el número de veces en que el sujeto en cuestión haya defraudado a su amiga) entonces basta de oportunidades, entiende que esa persona no puede dar de lo que no tiene.

Consejo #2:  ¿Crees que si deja de llamarte, desaparece por días, te hace sentir culpable, fea, tonta, te grita o te agrede es porque realmente te quiere? Puuuf, ¡claro que no! Sé consciente del lugar que ocupas en su vida.😤

No guardes falsas esperanzas 

Estas amigas siempre guardan la remota esperanza de que su pareja algún día les dirá que ha recapacitado y que quiere luchar por la relación. ERROR. Ellos no se arrepentirán del daño causado ni mucho menos correrán a buscarlas para pedirles perdón porque no son conscientes de la basura que son.

Más bien, hazte un favor. Deja de creer que eres la excepción y la mujer por la que él cambiará. Sé sincera contigo misma y acepta que tu noviazgo está más lleno de momentos malos que buenos. En resumen,  que tu relación siempre ha sido una mierda. 😉

Consejo #3: No justifiques su falta de atención ni te conformes con sus sobras emocionales creyendo que algo bueno está por venir, que por estos malos ratos habrá una supuesta recompensa. ¡NO!

Sal de su círculo de influencia 

Otro punto muy importante es evitar cualquier contacto con nuestra pareja tóxica. Olvídate de sus amigos, borra su número de celular y elimínalo de todas tus redes sociales. Recuerda que entre menos contacto tengas con él más fácil será renunciar a esa relación.

También te aconsejo borrar todas las fotos que tengan juntos o botar cualquier detalle o cosa que te lo recuerde. Ah, y por favor deja de mencionarlo. ¡ Todos estamos mamados de escuchar su nombre!

Consejo #4: Corta vínculos, tenerlo cerca, así sea como amigos, también te hará daño. ¡Deja de stalkearlo! 😑

Perdona, pero mantén la distancia 

Por último, es necesario que te alejes de tu pareja tóxica antes de que la relación se vuelva insostenible y termine destruyéndote. Perdona y sana cualquier herida, pero márchate muy lejos y no les des más oportunidades ¡no seas masoquista!

Este es quizá el paso más importante, pues si no sueltas a tiempo a tu «compañero» tóxico crearás una dependencia hacia él y terminarás pisoteando tu autoestima.

Consejo #5: No caigas en la trampa de que si lo perdonas cambiará. El perdón que ofreces es para ti, para sanar tus heridas y no guardar rencores. Ya no te  sigas atando a una relación inviable. Perdona, sana y, sobre todo, ¡aléjate!

 

No critique. Viva su vida y deje vivir

No critique.

Tampoco permita que lo perturbe la felicidad ajena. Viva su vida y deje vivir.

Constrúyase diariamente. Pinte en su cuerpo el color de un cronopio. Cuelgue en su cielo un sol con destellos fusilantes. Urbanice lo caminos polvorientos que tiznan sus proyectos y no se desvele pensando en los sueños de su vecino, amigo o compañero de trabajo.

***

Quiero preguntarle a esa sociedad que se preocupa por las decisiones de vida de los demás y habla todo el tiempo del otro:  ¿en qué le afecta lo que haga el resto?

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Ilustración: Sara Herranz

Hay quienes lo critican todo porque se creen de una raza superior, mucho más sofisticada y pura. Otros, no muy lejos, están convencidos de ser el mejor ejemplo de amor, respeto y responsabilidad que pudo parir el mundo, pero muchas veces esa vida feliz que tanto pregonan es solo fachada, una portada llena de máscaras y perfección falsa. Quien tiene una vida realmente plena y feliz jamás está metiendo su nariz donde no lo han llamado, se dedica a respetar la vida ajena y a no juzgar aunque no esté de acuerdo.

La iglesia, por ejemplo, vive pregonando sus valores y principios de igualdad, pero es mentirosa y mojigata cada vez que niega a un homosexual la consagración o cuando impone a los sacerdotes y monjas ciertas reglas para llevar una vida ‘libre de pecado’.

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Ilustración: Sara Herranz

Y ni hablar de la supuesta pureza que debemos tener las mujeres. ¿Quién fue el de la idea de que una mujer vale si llega virgen al matrimonio?  Que ellas disfruten de su sexualidad no las hace fácil ni ofrecida. Como dicen por ahí, “que cada quien haga de su vida una cometa y la eche a volar”.

Si la persona no asesina,no viola, no trafica, no roba, no comete ningún delito, ¿qué carajos le importa a la gente las decisiones que tome? Cada uno ha hecho elecciones que para bien o para mal lo hicieron feliz en su momento. Nadie tiene el derecho ni la autoridad moral para señalar al otro, y quienes sí lo hacen es porque muy seguramente llevan una vida vacía y muy desgraciada.

El problema, sin equivocarme, es que con el tiempo nos adiestraron a reprimir nuestra personalidad para cumplir estereotipos sociales. Por eso es que hay tanta gente frustrada, reprimida; porque la mayoría decidió hilvanar su vida en proporción a los prejuicios de los demás.

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Ilustración: Sara Herranz

Lucir el cabello corto o largo, colorear nuestro cuerpo de tatuajes, llevar expansiones, tener un amor prohibido, no acatar las ‘normas religiosas’… Todo implica un millón de problemas. Hasta la carrera que elegimos nos rotula como inteligentes o brutos. Vagos o responsables. Y sí, no voy a negar que en algunos casos el estereotipo se cumple, pero qué más da. En eso radica la diversidad, en que cada quien pueda vivir a su manera, con sus gustos excéntricos o corrientes.

A veces creo que las cosas podría ser diferente si dejamos de juzgar y solo nos enfocamos en ser agradecidos. Amar en serio, hacer el bien, tener fe, entender y creer son pequeñas acciones que podrían hacer grandes cambios.

Entonces, que cada quien baile con la música de fondo que prefiera y al son que más le guste. Nadie es quien para etiquetar a una persona porque fume cigarrillo o mariguana, porque apoye el aborto o prefiera atestarse de hijos a temprana edad. Nadie es quien para opinar sobre los gustos del otro. Cada persona es libre de elegir si ebrio o sano, chiflado o cuerdo.

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Ilustración: Sara Herranz

La vida solo se nos sirve una vez, así que no vale la pena ensayar e intentar ser el prototipo de hombre que esperan los demás que seamos. Primero debemos aceptar que a no todo el mundo le podemos caer bien, así que adelante. De todos modos, hagas el bien o el mal, siempre van a buscar tu talón de Aquiles para vivir de él.

Casarse con el primer novio ¿un error?

Por un arrebato de piedad, he decidido mantener anónima la identidad del protagonista y llamarlo por el seudónimo: Nada.

***

Quiero comenzar haciendo la siguiente confesión: en algún momento de mi vida estuve tan perdida –mente enamorada- y tan loca que llegué a pensar en casarme con mi primer novio. No obstante, la cordura me alcanzó y logré esquivar ese arrebato a buena hora.

No fue una desilusión amorosa la que me hizo desistir de la idea de casarme con Nada, tampoco una segunda persona ni mucho menos fue el constante sermoneo de mis amigas.Reaccioné después de llevar tres años de relación. Supongo que fueron sus exigencias y cambios de humor los que me hicieron abandonar ese absurdo pensamiento .

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Admito que la primera vez en que dejé de imaginar mi vida junto a Nada, me angustié mucho. Durante días creí que me había convertido en una mala mujer solo porque ya no sentía el  mismo interés por mi compañero.

Y es que me habían repetido muchas veces, como a varias de amigas y conocidas, que lo correcto era comprometerme  y no saltar de novio en novio como lo hacen las ‘mujeres lobas’. Y sí, con esa idea en mi cabeza terminé aceptando que me casaría con él.

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Para la psicología, la excepción es que el primer amor perdure toda la vida y llegue a concretarse, no obstante, este sentimiento se suele diluir después del cimbronazo que produce el contacto con la realidad, cuando comenzamos a percibir a la persona real y  tomamos conciencia de que no coincide con la imagen que habíamos idealizado.

Entonces, tendríamos que preguntarnos: ¿ Somos la regla o la excepción?

Casi siempre, conocer a la persona correcta, aquella que nos lleve a creer en el matrimonio y el compromiso, se vuelve una competencia. Sobre todo para las mujeres, quienes idealizamos a un sapo con cara de príncipe por la urgencia de casarnos, como si recibiéramos algún premio por ser las primeras en cagarla. Seguramente, muchas de ellas creyeron ser la excepción cuando eran la regla.

El texto El primer amor dice que la primera pareja es más una emoción ideal que un sentimiento concreto, una imagen idealizada que suele permanecer oculta detrás de las ilusiones de la juventud.

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A este punto del texto ya no estoy segura si nuestra primera pareja puede garantizarnos la felicidad o si la llama del amor vivirá tan ardiente como el primer día o los primeros meses de relación. Prefiero hacerme la idea de que esa persona es un compañero de viaje que en algún momento llegará a su parada y se tendrá que bajar.

«Las personas nunca terminan de crecer mental y emocionalmente. Nadie puede confirmar que una pareja crecerá y cambiará junta y no aparte», concluye Candela Duato, autora del artículo Por qué no quiero casarme nunca.

Dicen que cuando el amor verdadero llega, lo sabes. Por eso creo que es mejor estar alertas y no embotellarnos en la primera relación, porque tal vez nuestro único y real compañero se encuentre a la vuelta de la esquina. O más cerca de lo que creemos. ¿Quién será?, ¿qué estará haciendo?

Este texto fue inspirado en el artículo de Candela Duato Por qué no quiero casarme nunca.